Destaco el vigor de Barron, su precisión técnica y su habilidad para desarrollar narrativas en sus solos, así como su dominio de un repertorio diverso que incluye tributos a Bud Powell y Strayhorn. Aunque algunas interpretaciones de baladas pueden parecer algo superficiales, en general, el álbum muestra su maestría y capacidad para sorprender, consolidando su papel como una leyenda del piano de jazz.