Es una de sus obras más accesibles y menos experimentales, una sesión de jazz bien ejecutada con una influencia de bebop y baladas, mostrando un Coltrane en la cúspide de su talento musical antes de embarcarse en la música más espiritual y avant-garde que caracterizaría su última etapa artística. Es un punto de partida accesible para conocer al artista, en contraste con la complejidad de su trabajo posterior.